Tiempo.
Camina incesante. Lento pero sin pararse.
Cronos, ¿cómo podría convencerte para que adelantases la manivela que gira esas crueles agujas que se clavan en mi corazón?
Al menos, intercede tu por otros dioses. Solo te pido que no me trate como a una extraña, que no haga como si no hubiera compartido ningún te amo conmigo... Cuando con eso me haya conformado, sé que te pediré que me abrace -en silencio, como si nada pasase alrededor y como si, al terminar, nada hubiera pasado- y mas tarde, que me de un beso -aunque ese beso fuera el último-. ¡Oh Cronos, sé que pido tanto! Pero es que tu tiempo es una tortura sin él a mi lado.
Susurrale al oído -haz que tu eco llegue hasta su alma con un aleteo del viento- que le amo. No vaya a ser que se le haya olvidado.
Si no puedes hacer nada de esto, simplemente mátame.
¿Que sentido tiene nada, si él con su sonrisa no me alegra la mirada?
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