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lunes, 24 de diciembre de 2012

Viejas glorias.

¿Sabes qué?
En la radio se repiten
siempre
esas malditas canciones.
Como si fueran una doctrina
o una regla de honor
como si no hubiera más
que escuchar esas modas
desfasadas
para la gente ingentes.

He descartado
tantas falsas emisoras
que he acabado grabando
mi ronca voz
diciéndome que todo va bien
y tarareando viejos rocks.

Entre tantas palabras
he dejado de lado
todas las que no dicen nada.
Viejo amigo, tú sabes
que esquivo letras
como si de puñales se trataran.

No parece Navidad.

El sol acomoda las aceras
paseadas por señores con bolsas de el corte inglés.
No le han quedado razones al mundo para nevar,
ni siquiera para que parezca navidad.
Parece que sea uno de esos días de Agosto
que no sirven para nada
que pasan mil cosas y nadie le importa
porque aún no va a nevar.

Ya se cansó el frío de perseguir corazones,
de mandar a juicio a autores
por creer saber de amor.

Y nada es lo que crees
porque ya ni siquiera parece Navidad.

sábado, 23 de junio de 2012

Romance de la sombra

Sombra de mi sombra,
luz de mi vida.
En el fondo de mi alma
me has clavado tu espina.

Y me quedé en noches
de Lunas llenas
añorando como en un beso
hacías estallar mis venas.

Cada te quiero que te entregué
sin reparos.
Cada palabra que mil veces
te dediqué en vano.
Cada sentimiento que pensé
sin pensarlo.
Y mis ojos que en las primeras noches
no creyeron amarlo.

Ni mil romances pueden igualar
la belleza de tu amor.
Ni mil romances, créelo
pueden apagar el dolor.

Razones.

El pájaro no duerme;
vuela libre
por valles y sueños.

El pájaro se esconde
entre el viento
y evita así suspiros y lamentos.

Es libre pero algo no le late
pues su razón está dormida
y entre sus alas
el viento le esquiva
para saciar su alma vacía.

domingo, 15 de enero de 2012

Reflexiones de gato callejero I

Ya no hay miedo.
El miedo a caer muere con la caída.
El miedo a amar moría con tu mirada.
Ya solo queda la soledad
que ahora me hace compañía.

Y los besos, felices, los guardo en mi memoria
no vaya a ser que se me pongan tristes.

martes, 13 de diciembre de 2011

Detalles

Entre tus prisas no encontré nada de ayer.
¿De que te sirvieron aquellas excusas?
Como para acercarla mi mirada la busca...
Pero no he logrado encontrarte entre mi aliento.

Ayúdame a meterte en mi mundo.

domingo, 13 de noviembre de 2011

IV

Se derritieron aquellos labios
que suspiraban te quieros.
Y corres.
Pero no sabes a dónde vas.
Y mueres.
Y no sabes a dónde irás.
Pero siempre queda algo por lo que luchar.
Aunque sea levantarme para ver su mirada
una vez más.

sábado, 12 de noviembre de 2011

I

Se me cierra.
Ante ti, ante mi. Se agota la espera.
Ya se hundieron los puentes.
Aquellos bellos puentes empedrados de sueños
en los que el silencio se observa en cada uno de esos besos.
¿Qué son eso?
Se agarran a mis venas las serpientes
que tu amor dejó para mi.

Aparta esos bellos cristales
que tienes como mirada.
¡Apártalos!
Pues siento como si andara entre mil panales
que me pinchan el alma.

Introducción.

La noche estaba completa.
La Luna, las nubes, las ánimas danzando entre nosotros...
Todos esos sueños, los poemas recitados de memoria. Las risas apagadas.
Todo aquello me hizo pensar -pensar en algo más que en tu mirada me refiero-.
Pensé en el mundo y en todo lo que lo rodea. Y, ¡oye! se me ocurrió hacer una serie de poemas sobre ello.
Pero también pensé -que pensativa ando últimamente- que debía escribir algo, como si fuera una especie de introducción, para que supierais en qué tipo de ambiente me encontraba en el momento de mi revelación inspirativa.
Como ya os he comentado, la noche era mágica. Totalmente romántica -referente al romanticismo como corriente artística-. La Luna totalmente llena, enorme, brillante, rodeada de nubes (que no eran pocas pero si eran muy débiles). La temperatura era agradable; hacía frío pero nos calentábamos. Las risas fluían con la misma facilidad que las lágrimas. Y en el ambiente se diferenciaba ese olor que tiene la pasión.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

I don't know why you say goodbye...

En un arañazo me has despertado del mundo.
Y te juro que estoy mejor aquí.
Pero los sueños se acaban y volvemos a la realidad.
Y pienso. Y nada pasa por mi cabeza.
Bueno, quizás mienta y si pase por una décima de segundo tu mirada analizadora.
Pero, ¿Quién sabe?
Y eso me atormenta.
-¿El qué?
Todo, joder. Tú con tus miradas y tus frases de cine.
Y yo mientras como una boba escuchándote sin saber hacer otra cosa que morderme el labio para no llorar.
Pero al final no sirve de ná.
No tranquila, nada servirá de nada mientras el tiempo no ponga las cosas en su lugar.
Destino, cruel destino.
¿Por qué nos juntaste si sabías que él diría que no?


martes, 1 de noviembre de 2011

Paradise

Cuando era solo una niña...
¿Qué sabía ella de sis y nos?
¿Que podía ella amar de si misma?
Se preguntaba tantas cosas que se sentía inútil.
Y pensaba en volar, libre como un pájaro... Pero sus alas nunca bastaban.
-¿Y cómo salir de aquí? -Iba preguntándose a medida que se hacía mayor. -
¿Cómo volar lejos? ¿Cómo llegar a aquel paraíso?
Y creyó encontrarlo, pero él no era. Tampoco fue el siguiente, ni el siguiente, ni el anterior a esos. Ninguno lo era.
Y llegó él y pensó: ¡Este es!.
Pero había pensado eso tantas veces que se preguntaba si no volvería a pasarle como antes.
Y en el intento de hacerle feliz, le perdió.
Y pensó:
-El siguiente si.

lunes, 10 de octubre de 2011

Navacerrada.

Entre las sábanas sintió frío. Al abrir los ojos no pareció reconocer el ambiente. Una habitación fría y poco acogedora.
No, no era la suya.
Llevaba más de una semana en el hotel y aún no se acostumbraba a esas sábanas verdes.
El olor a nieve inunda su cárcel. Mira por la ventana -no hay nieve, es Agosto-. Ante su vista observa montañas, un aparcamiento y unas vías de tren medio abandonadas.
El desayuno no es interesante, es lo mismo de siempre.
Más tarde, sale a pasear -no había mucho más que hacer en aquel infierno-.
Parece que cada reglón sea una nueva sensación, pero os aseguro que la sensación de asco inunda todo este texto.
Se sienta en la estación y llora.
Allí no hay despedidas, ni bienvenidas. No hay besos, no hay familias. Ni siquiera hay nadie que renuncie y huya a otro lugar -o huya hasta allí-.
Nada importa.
Importa él.
Pero, ¿cuando importas tú?
Pienso que todos me observan con palomitas, esperando a que me caiga.
Por más que piense que nada merece la pena no puedo caer. Rendirse... ¿No te rendiste aquella vez?
Si...
Me prometí que le haría feliz. Y no pararé hasta que él pueda ser feliz por si solo.
Se sentó en el bar y bebió. Era tan patético. Rodeada de viejos y ella bebiendo cerveza tras cerveza.
En la cena. Sentada sola en una mesa. La gente la mira y murmura.
En su habitación de doble ventana y sábanas verdes relee Platero y yo.
1421 Vinieron a decir un día a mi casa que un perro rabioso lo había mordido... Hubo que llevarlo a la bodega del Castillo y atarlo allí al naranjo, fuera de la gente.
La mirada que dejó atrás por la callejilla cuando se lo llevaban sigue agujereando mi corazón como entonces.
Se quedó dormida.
Y despertó al día siguiente, sin recordar cuanto había leído por la noche y teniendo que empezar por donde lo dejó dos días antes.

martes, 14 de junio de 2011

Si no gritas al caerte, es como si no te hubieras caído.

Puede que no encuentres lugar.
Que el sexo sin sentido haya dejado de formar parte.
Que su olor te persiga y su mirada te rehuya.
Puede que aún duelan las noches de cera derretida en la cama.
Que quieras volverte sorda para evitar -inútilmente- que sus gritos sigan grabados en tu mente.
Pero piénsalo tan solo un momento.
Sin sexo, dogas, amor, dolor, pasión, recuerdos, pisadas, lágrimas, fuego, música, gritos...
¿Qué sería sin todo eso de la juventud?



jueves, 9 de junio de 2011

Let me breathe

Ya basta.
Creo que no me queda mas aliento que respirar.
Detesto esto.
Recordar.
Pensar.
Ojalá pudiera dejar de recordar. Ver y ver a la gente, y no recordar que hicieron para que les quisiese o les odiase.
Sé que debo anticiparme a los cambios y adaptarme a ellos.
Pero no puedo.
No puedo hacer más que recordar el pasado, y relacionarlo con el futuro.
¿Cómo voy a seguir adelante si me veo a mi en la misma situación que ahora?
No puede ser tan malo quedarme aquí quietecita, esperando a que pase la tormenta... ¿No?
¿O es que acaso debo buscar refugio de la lluvia?
A mi siempre me gustó la lluvia...
Pero no la ácida.
Porque esto es lo que es, lluvia ácida que deshace mi piel a cada gota. Sufrimiento eterno y doloroso, pues no solo duele el momento en el que el ácido quema tu piel. Sabes que el hueco que dejó el ácido va a perseguirte siempre.
Pero... Puede que su recuerdo me persiga siempre. Lo entiendo, lo acepto.
Pero ¿va a doler siempre así?
Resido mi terreno, en el que el miedo ha aplanado el camino para dejar un terrible paraíso sin él.

A lo lejos alguien canta.
A lo lejos, mi alma no se contento con haberla perdido.