Quisiera que mis versos tocaran tu mente, pero no llegan ni a tu mirada.
Daría cualquier cosa, para que tan solo te acercaras a mi, me besaras en la mejilla, me dijeras que me amas y me abrazaras...
Pero estás demasiado ajeno como para hacerlo. Como si hablarme te hiciera daño, o simplemente mirarme.
La agonía, el dolor, la rabia, los celos, la amargura, la tristeza, las lágrimas. El amor. No siento más que eso.
Estoy encerrada, hasta que me saques de tu jaula, para vivir tu libertad.
Estoy muerta, hasta que con un beso -cual bella durmiente- me despiertes de mi sueño eterno.
Vuelve...
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