¡Qué frío eres!
Qué enigma te recuerda.
La mirada enamorada
de hace tantos años.
Has perdido la opción
de salir corriendo
y te quedas parado
de bruces contra el suelo.
Y ya no recuerdas nada.
Todos tus recuerdos son de ella.
Su mirada es toda tuya.
Sabes que te olvidó,
que jamás te amó.
Te esfuerzas en recordarla
en sentir su piel.
Su pelo corriendo por su espalda desnuda.
Pero ella ya no está ahí.
Se fue.
Como tú para el mundo.
Ah, alma solitaria
debilitada por una mujer.
No la olvides
-es imposible-
sólo deja de sentirla.
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