miércoles, 27 de marzo de 2013

La causa del perdedor

Soñar con sus fríos labios
apuñalándome.
Su cuerpo se abandona
a mi uso.
Me deja su placer,
se deja hacer.

Se deja tocar
y no me toca.
Sus frías manos
me abandonan
a la soledad
de sólo desearle yo.

No obtengo nada,
ni el favor de su mirada.
Nada más que la pasión
de tenerle sólo yo.

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