martes, 14 de junio de 2011

Si no gritas al caerte, es como si no te hubieras caído.

Puede que no encuentres lugar.
Que el sexo sin sentido haya dejado de formar parte.
Que su olor te persiga y su mirada te rehuya.
Puede que aún duelan las noches de cera derretida en la cama.
Que quieras volverte sorda para evitar -inútilmente- que sus gritos sigan grabados en tu mente.
Pero piénsalo tan solo un momento.
Sin sexo, dogas, amor, dolor, pasión, recuerdos, pisadas, lágrimas, fuego, música, gritos...
¿Qué sería sin todo eso de la juventud?



2 comentarios:

  1. Buen blog, buena música y mucho sentimiento.

    Encantada de pasar por aquí :)

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  2. Sobre todo eso último: Paz.
    Me ha gustado mucho, especialmente el título.
    Saludos

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