Ya basta.
Creo que no me queda mas aliento que respirar.
Detesto esto.
Recordar.
Pensar.
Ojalá pudiera dejar de recordar. Ver y ver a la gente, y no recordar que hicieron para que les quisiese o les odiase.
Sé que debo anticiparme a los cambios y adaptarme a ellos.
Pero no puedo.
No puedo hacer más que recordar el pasado, y relacionarlo con el futuro.
¿Cómo voy a seguir adelante si me veo a mi en la misma situación que ahora?
No puede ser tan malo quedarme aquí quietecita, esperando a que pase la tormenta... ¿No?
¿O es que acaso debo buscar refugio de la lluvia?
A mi siempre me gustó la lluvia...
Pero no la ácida.
Porque esto es lo que es, lluvia ácida que deshace mi piel a cada gota. Sufrimiento eterno y doloroso, pues no solo duele el momento en el que el ácido quema tu piel. Sabes que el hueco que dejó el ácido va a perseguirte siempre.
Pero... Puede que su recuerdo me persiga siempre. Lo entiendo, lo acepto.
Pero ¿va a doler siempre así?
Resido mi terreno, en el que el miedo ha aplanado el camino para dejar un terrible paraíso sin él.
A lo lejos alguien canta.
A lo lejos, mi alma no se contento con haberla perdido.
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