Y estas palabras no sirven de nada.
Si es que me asquea todo ya.
No rimo.
No sé si puedo llamarlos versos.
Esto es la poesía del asco,
de cuando me doy cuenta
de que la sociedad está perdida,
de que probablemente
ni yo misma me salve.
Pero tendré que quererme a mí misma.
Si no, nadie lo hará.
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