La verdadera palabra, que de en la diana de tu alma y la desnude solo para mi.
Esa palabra que haga rendirse a tu mirada y proclamarme su nueva dueña.
Aquella palabra que refleje un charco bajo la lluvia en tus labios, deseosos ya, de que los bese.
¿Dónde está esa palabra, que durante el segundo en el que la oigas, te haga ser mío?
Pretendo arrancarle la ropa al diccionario hasta encontrarla.