Respira.
Se feliz.
No hay nada más.
Porque lo de latir lo hacemos sin querer, y lo de amar, también.
Y no pienses en el futuro, ni siquiera en el presente.
Breathe.
Saber que alguien lee lo que escribo provoca en mi este tipo de absurda felicidad, que mezclada con Prodigy hace parecer que me haya drogado hasta perder el sentido.
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