¿Lo sabré algún día?
De momento, mantengo mi tumba encerrada bajo llave en el ático polvoriento de mi infierno.
Sin saber como caminar, ni mucho menos como volar. Aterrada ante la realidad que se me presenta con su túnica engañándome para que me arroje a sus pies.
¿Donde escondí la llave de mi destino?
¿Acaso la arrojé al mar?
Son cosas que nunca se llegan a saber.
A donde nos lleva el destino, a donde nos lleva el mar, a donde nos lleva nuestros pensamientos encerrados en nuestra caja de cristal.
Huí a mi sótano y me quedé allí escondida entre unas viejas cajas, en las que encontré mi vida, rota en pedazos entre recuerdos y lágrimas robadas del joyero de alguna dama. Y allí, observando todos mis errores como si pudiera cambiarlos, el destino finalmente me atrapó.
~Y me llevó a mi ático.~
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