Me puse a pensar (que ironía) y descarté tantas posibilidades de desengañosas depresiones, absurdas rayadas y tontas lágrimas que.... Me quedé sin nada en lo que pensar.
Que absurdo.
Pero que genial.
En la sencillez yace la pequeña genialidad de la felicidad, egoísta compañera y cruel amiga.
~Si lo comparas con la entrada no es tan absurdo, eh?~
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