No despiertes. Está bien así.
Parece como un sueño, flotas, te balanceas en el aire como un dichoso juguete del viento. La lluvia no te afecta. Disfrutas con cada brisa que te ofrece el viento y juegas con sus suspiros.
Realmente estás flotando.
Todo lo que sube, baja.
Caes, Estás en el vacío y no tienes a donde caer.
Desesperas.
Despiertas.
Solo fue una fantasía más en la que sentías que flotabas como una pieza del cubo incompleto, con el que juega el destino en sus frías manos ajenas del calor.
Solo eso.
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