Me asomé a la sucia ventana esperando ver en algún charco el reflejo de un cielo más azul de lo que esperaba.
Pero no.
Todo seguía igual de oscuro.
¿Por que será que cuando nos deprimimos el tiempo acompaña nuestro sentimiento?
No quiero decir que esa mañana me apeteciera ver un solazo que me dijera: "Venga ya, sal y diviértete", pero tampoco me esperaba un día tan frío...
Mañana el aliento de tus besos pasados dejará de nublar mi mente y mi tiempo, y todas las mentiras que de tus dulces labios yo me creía dejarán de ser creídas por el resto de la humanidad.
O al menos, por mi.
Pero hoy, disfrutemos de la lluvia y el mal tiempo.
A veces viene bien.
Títulos largos, esto me pasa por escribirlos al terminar la entrada.
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