Ese paisaje en el que la tenue luz solar parece bañar el lugar de dorada y pura miel. Ese lugar en el que los momentos pasan como horas en un reloj de desértica y suave arena, deslizándose, lentamente, cada segundo... Así pasan los momentos en tus labios, fina y melosamente... Como en un susurro de verano, como en un recuerdo de aquella dorada tarde en la que te entregó su alma, condenada a un castigo que no pensaría merecido.
~y hoy el paisaje vuelve a tener color~
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